Este ejercicio propuesto debes realizarlo en la clase de la sala informática el día, lunes, 5 de febrero. Recuerda que, al contestar, debes escribir parte del enunciado.
Lee atentamente el texto propuesto y contesta las preguntas
El primer tren que yo recuerdo aparece unido -como es de rigor- al entramado de las aventuras infantiles. Era un tren abigarrado y laborioso, con ese aire de jadeante paciencia que tenían los ferrocarriles propulsados a vapor. Las personas de mi edad saben muy bien a qué vistosas imágenes retrospectivas me refiero. El tren de que hablo circulaba dos veces al día entre Jerez y Sanlúcar y tenía el mismo aspecto -según es fácil deducir- que los que asaltaban en las películas los forajidos de turno. Ya no existe ese tren. Hace bastantes años que dejó de trasegar humo por los viñedos, camino de la costa o de vuelta a casa. Uno se da cuenta de que se hace viejo porque cada vez resulta más imposible la ratificación de esa clase de memorias. Aquel tren desaparecido reaparece en mi evocación como la imagen conmovedora, el refrendo emocionante de un mundo que ya se ha quedado atrás para siempre. Ni siquiera perviven ya las estaciones de donde partía y adonde llegaba el tren, en la linde jerezana de La Alcubilla y en el barrio alto sanluqueño. [...]
Recorría ese trayecto –unos veinte kilómetros- en tres cuartos de hora o una hora entera, según. Iba serpenteando entre las viñas y se detenía un tiempo impreciso en varios apeaderos intermedios, aledaños siempre a alguna importante encrucijada vitícola. A veces, cuando un viajero habitual se retrasaba, el factor de estación –o el propio maquinista- optaba por la ejemplar deferencia de esperarlo. Las prisas aún no habían contaminado la vida. Ni los trenes. Aunque la imagen que conservo es un tanto brumosa, tengo entendido también que algunos pasajeros solían apearse en marcha de vez en cuando para escamotear algún racimo de uvas. Era una ratería inocente que pronto se vio obstaculizada por los alambres de espinos, quizá porque esa merma cotidiana llevaba camino de anticipar por cuenta ajena las vendimias. Supongo que algo por el estilo ocurriría en relación con otros ferrocarriles de pausado caminar.”
(José Manuel Caballero Bonald: Viajeros al tren, 1998)
CUESTIONES
1.- ¿Qué recuerdos del primer tren tiene el emisor del texto? ¿Quiénes pueden entender cómo eran?
El emisor recuerda que el tren era abigarrado y laborioso, con un aire jadeante, circulaba dos veces al día entre Jerez y Sanlúcar. La generación del emisor puede entender como era aquel tren.
2.- ¿ A qué se le parece este tren que describe? ¿por dónde circulaba? ¿qué le ha pasado a este tren? ¿En qué momento de la vida se encuentra el emisor del texto?
Se le parece a los trenes que eran asaltados en las películas de bandoleros. Transitaba dos veces al día entre Jerez y Sanlúcar. El hablante de esta historia se encuentra en una edad avanzada.
3.- ¿ Qué otras características tenían los trenes de aquella época que evoca el autor del texto?
Ese tipo de trenes ya no se construyen, expulsaban humo por los viñedos.
4.- Señala del texto tres palabras que desconoces su signíficado y escríbelo.
Jadeante: Con respiración dificultosa.
Apearse: Descender o bajar.
Merma: Perdida o desgaste.
5.- Indica qué tipo de texto es, teniendo en cuenta su modalidad textual.
Es un texto descriptivo, ya que se describen los trenes de la época del autor.
6.- Enuncia el tema.
Los antiguos trenes de antes.
7.- Redacta un resumen del contenido del texto – no más de cinco líneas-.
Jose Manuel Caballero recuerda el único tren que el recuerda.